14 junio 2008

Conquista .- Parte 2

DIOSES DEL MAL

Las necesidades del personal te importan un pimiento. Que sufran, la vida es así de cruel. Pero ser malo no es nada fácil, al contrario: hay que ser creativo, echarle imaginación, ser un verdadero artista.

Por ejemplo, aplasta alguna casa con una piedra de gran tamaño. Que sepan que estás ahí, vigilando. O mejor aún, agarra a algún anciano o a una criatura y arrójala sobre algún tejado, para que se estampe al suelo. Catapaf. Róbales toda la comida y toda la madera, y arrójalas al mar, harán que te lloren por un simple grano de trigo.

Los Milagros son muy, muy divertidos. Pongamos por caso la bola de fuego. Úsala de noche, para que luzca mejor, y arrójala sobre esos miserables. Un objetivo muy recomendable es la guardería del pueblo. Para que vean con quien se la están jugando. ¿Y el rayo? ¿Qué podría decir del rayo? Ideal para crear un pequeño Apocalipsis.

Suelta a tu monstruito. Que se divierta con las frágiles casas de los humanos, y se los desayune sin ningún pudor. Entrégale un niño, para que se lo coma o lo lance contra una montaña, delante de sus propios padres.

PERO...

Tampoco abuses o te quedarás sin gente, y sin gente no hay poder ni victoria, ¿recordad?

En ambos casos, seas bueno o malo, el secreto está en no repetirse demasiado, en ofrecer variedad. Los aldeanos se acaban aburriendo de ver siempre el mismo Milagro. Tampoco te duermas en tus divinos laureles cuando tengas a un pueblo bajo tu control. Debes seguir preocupándote de sus necesidades o recordarles que sigues estando allí, que sigues siendo el jefe, o muy pronto dejarán de serte fiel.
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