03 junio 2008

Los Aldeanos y Tú .- Parte 1











Los aldeanos son tu materia prima, además de unos impenitentes vagos que no se cansarán de importunarte con sus necesidades, y aunque apetecería empaquetarlos a todos en un bloque de hormigón del tamaño del Olimpo y arrojarlos al mar o un hueco sin fondo, tendrás que aprender a mimarlos.

Los aldeanos y tú tenéis dos preocupaciones en común: la comida y la madera. Verás, los aldeanos tienen el enojoso descaro de morirse si no comen. Pero eso no es la realmente grave. Si la comida escasea, serán más reacios a reproducirse, y sin el milagro que papá hace con su semillita, no nacerán fieles dispuestos a adorarte ni siquiera discípulos que hagan el trabajo sucio por ti. La madera sirve para edificar, desde lo más básico que es tu Templo, hasta las maravillas y la cancha de fútbol (que se puede descargar). Además, los aldeanos la necesitarán para reparar los daños que causen los fenómenos naturales, criaturas, tus enemigos o tu peculiar sentido del humor.

Madera y comida se almacenan, seguro que lo adivinas, en el Almacén del Pueblo. Tú puedes colaborar en este aspecto. Puedes conseguir madera arrancando árboles y llevándolos al almacén, o bien usando el milagro de crear madera o el milagro de bosque milagroso además puedes agrandar cualquier árbol con el agua milagrosa. La comida puedes obtenerla de las propias cosechas de los aldeanos, atrapando animales vivos, también con milagros como el de agua para las granjas y directamente el de comida o también cogiendo setas. En este último caso ten cuidado: porque hay ciertas setas, que reconocerás porque son rojas y sin tallo, son venenosas (¿no pensarás que serían un buen alimento para estimular la fe de ese pueblo que aún no cree en ti? ¿Tú no eres tan malo, verdad?)

Ya tenemos bien alimentados a nuestros aldeanos. Pero aquí no acaba todo. Hay tres factores que debes tener en cuenta: primero que los aldeanos envejecen año tras año, segundo que su salud puede verse afectada y tercero que pueden aguantar cierta carga de trabajo antes de agotarse.

La edad media de un ser humano es de 70 años. Dicho de otra manera: si pones a trabajar en algo importante a alguien que roce esa edad, es probable que muera en el intento, y que tú te lleves el disgusto de no ver cumplidos tus deseos. Otro detalle con respecto a la edad es que hasta los dieciséis años no son capaces de trabajar ni de reproducirse. Pero además de armar bulla en la guardería, hay algo que sí pueden hacer y es adorarte en el Templo. Por lo tanto, no es mala idea que sean los niños, y no mano de obra que se pueda aprovechar en otra cosa, quienes cumplan la obligación de adorarte. Por si te sirve de algo este dato, un año en la vida de un aldeano equivale a tres minutos según nuestros divinos cronómetros y un niño mientras más pequeño y mas salud tenga mas poder te dará en el tu centro de adoración.

¡JE, JE, JE!, ya sabes que significa eso ¿Verdad? Oh todopoderoso.

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